Atravesando la comercial, via Mazzini, llegamos a una de las plazas más encantadoras que he visto, la Piazza Erbe. Muy cerca se encuentra la archifamosa casa de Julieta Capuleto. Como sabréis ,Verona fue el escenario elegido por Shakespeare para ambientar su novela Romeo y Julieta. Así que si visitas Verona el truco es echar fotos felices y mucha imaginación: el balcón donde se reunían los dos amantes, la supuesta tumba de Julieta, la estancia donde se quitaron la vida juntos, etc.

Lo cierto es que la casa de Julieta es un punto turístico imperdible. Además del encanto del patio y del mítico balcón de la desdicha, encontraréis todas las paredes de la entrada llenas de mensajes de amor eterno que puedes dejar libremente, además de una puerta gigante con candados de todas las formas y colores. También puedes contribuir a la guarrada de forrar una pared con chicles. 

Continuamos el paseo en dirección al río y premeditadamente paramos en la Iglesia de Santa Anastasia. Era domingo por la mañana, y además de tener una luz increíble, estaba llena. 

En seguida llegamos al puente de piedra sobre el río Adigio. Le faltaba muy poco al día, pero en ese rato el sol estaba perpendicular al paisaje, y nos regaló las mejores fotos del viaje.